MASC: La vía más eficiente para que las PYMES resuelvan sus conflictos legales

Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2025, muchas PYMES en España están obligadas a intentar resolver sus conflictos legales mediante Métodos Adecuados de Solución de Controversias (MASC) antes de acudir a los tribunales. Esta obligación no solo implica un cambio normativo, sino también una gran oportunidad para los empresarios que buscan eficiencia, ahorro y control en la resolución de disputas.

MASC: La vía más eficiente para que las PYMES resuelvan sus conflictos legales

 

¿Qué son los MASC y por qué deben importarle a tu empresa?

Los MASC engloban herramientas como la mediación, la conciliación o el arbitraje. Su finalidad es evitar el juicio tradicional, resolviendo los conflictos a través del diálogo y la negociación. Ahora, en muchos casos civiles y mercantiles, las empresas deben intentarlos obligatoriamente antes de iniciar una demanda judicial.

Este cambio legislativo obliga a las empresas a revisar sus contratos, protocolos internos y a preparar a sus equipos para actuar conforme a estos métodos. Pero lejos de ser solo un requisito legal, los MASC representan una alternativa más eficaz y menos costosa para las PYMES.

Beneficios clave de los MASC para empresarios y PYMES

1. Ahorro económico considerable:
Los litigios judiciales implican importantes costes: abogados, tasas, peritajes y largos tiempos de dedicación. Los MASC, por el contrario, suelen tener costes mucho más bajos y predecibles, algo esencial para empresas con recursos ajustados.

2. Resolución rápida de conflictos:
Mientras que un juicio puede extenderse durante años, los MASC permiten soluciones en semanas o pocos meses, reduciendo la incertidumbre y liberando tiempo para enfocarse en el negocio.

3. Protección de relaciones comerciales clave:
En sectores donde los proveedores, socios o clientes son estratégicos, es fundamental mantener el vínculo aun en caso de desacuerdos. Los MASC fomentan soluciones colaborativas que preservan las relaciones a largo plazo.

4. Confidencialidad del proceso:
A diferencia del proceso judicial, público y muchas veces dañino para la imagen, los MASC se desarrollan en entornos privados, protegiendo tanto la reputación como la información sensible de la empresa.

5. Soluciones flexibles y adaptadas:
Un juez solo puede dictar una sentencia ajustada a la ley. En cambio, mediante MASC, las partes pueden diseñar acuerdos personalizados que respondan mejor a las necesidades reales de la empresa.

6. Mayor control del empresario sobre el proceso:
En los MASC, la empresa no se somete a una resolución impuesta, sino que participa activamente en la búsqueda de soluciones, lo que aumenta la satisfacción con el resultado final y reduce el riesgo de incumplimiento.

Desafíos prácticos que deben tener en cuenta las empresas

No todo es ventajoso. Para que los acuerdos alcanzados en un MASC sean ejecutables, en muchos casos deberán elevarse a escritura pública o ser homologados judicialmente, lo cual conlleva un paso adicional y ciertos costes.

Además, el éxito del proceso depende de la disposición real de las partes a colaborar. Si una parte actúa de mala fe o simplemente no quiere negociar, el procedimiento puede bloquearse, y será necesario acudir igualmente a los tribunales.

Por otro lado, todavía hay cierta resistencia cultural: muchos empresarios siguen confiando más en el juez que en la negociación, aunque esta última les ofrezca más ventajas en rapidez y coste.

Los MASC son mucho más que una obligación legal: son una herramienta estratégica para las PYMES que quieren gestionar sus conflictos de forma inteligente, rápida y eficiente. Adaptar los contratos, formar al equipo y asumir una mentalidad preventiva puede marcar una gran diferencia cuando surge un desacuerdo. Para el empresario moderno, entender y aplicar los MASC ya no es opcional, es una necesidad competitiva.