¿Qué pasa si la empresa no reincorpora al trabajador tras una excedencia voluntaria?
Negarse a reincorporar a un trabajador tras una excedencia voluntaria puede tener consecuencias legales. Aunque esta figura no garantiza la reserva del puesto, sí otorga al trabajador un derecho preferente de reingreso. Si existe vacante y la empresa se niega injustificadamente, podría considerarse despido improcedente. Es fundamental conocer los derechos y plazos para reclamar.

La excedencia voluntaria permite al trabajador interrumpir temporalmente su relación laboral con la empresa, pero no garantiza la reserva del puesto de trabajo, salvo que así lo disponga el convenio colectivo o se haya pactado expresamente. Esto puede generar conflictos cuando el trabajador solicita el reingreso y la empresa se niega a reincorporarlo.
Derecho preferente de reingreso
Durante la excedencia voluntaria, el trabajador mantiene un derecho preferente de reingreso, no un derecho automático. Es decir, la empresa solo está obligada a reincorporarlo si existe una vacante adecuada dentro de su grupo profesional. Para ejercer este derecho, es imprescindible solicitar el reingreso antes de que finalice el periodo de excedencia.
La empresa no está obligada a responder a la solicitud hasta que termine la excedencia, pero si llegado ese momento hay una vacante y la empresa la ignora o la rechaza sin justificación, el trabajador puede tomar medidas legales.
Vías legales disponibles
Si el trabajador sospecha que existe una vacante y se le niega la reincorporación, puede iniciar un procedimiento judicial. Este se inicia con la presentación de una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC). Si no se alcanza un acuerdo, puede interponerse una demanda ante el Juzgado de lo Social para reclamar el derecho al reingreso y, en su caso, una indemnización.
¿Puede considerarse despido?
Sí. Si se demuestra que la empresa ha denegado el reingreso existiendo vacantes, esta conducta puede calificarse como despido improcedente. En tal caso, el trabajador podrá reclamar los salarios dejados de percibir desde el momento en que debió ser reincorporado hasta la fecha de la sentencia, así como una indemnización por los daños ocasionados.
Plazo para actuar
El trabajador dispone de un plazo de 20 días hábiles, contados desde la negativa de la empresa, para interponer la demanda por despido. Este plazo es improrrogable, por lo que es fundamental actuar con celeridad.
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